Abril 22, Día de la Tierra

Conmemorado por algunos pocos en 1970 por primera vez, hoy más de 193 países están reconociendo el 22 de abril como el Día de la tierra. Con el paso de los años, eventos importantes han marcado ese día, como lo fue la firma del acuerdo de Paris en 2016.

En el 2015, todos los países miembros de la Naciones Unidas se comprometieron con los 17 objetivos sostenibles para promover la prosperidad y proteger el planeta. Desde entonces consecuentemente todos hemos ido asumiendo el compromiso y las buenas prácticas con la sostenibilidad.

En el mundo corporativo, las empresas con programas o iniciativas sólidas en gestión ambiental y social son mejor valoradas. Nuevas generaciones entrando al mercado laboral prefieren compañías que se preocupan por el impacto ambiental y que trabajan para ofrecerles un mejor futuro.

A la hora de elegir sus aliados estratégicos legales, los clientes, muchas veces incluso a través de auditorías de terceros, evalúan las practicas operativas sostenibles. Este año, entre las 10 principales tendencias en riesgo y cumplimiento, se encuentra el riesgo en gestión ambiental y social o llamado riesgo ESG (Environmental Social and Governance risk) por sus siglas en inglés.

Crear valor y al mismo tiempo mitigar los riesgos van de la mano en la estrategia cuantificable en gestionar criterios ambientales y sociales en las firmas de abogados. La estrategia incluye los cumplimientos corporativos tradicionales para incorporar la responsabilidad ambiental y social en sus operaciones. Y, además, medir el progreso.

En caso de firmas de abogados podemos ir buscando orientación y familiarizarnos con los estándares de sostenibilidad de la industrial legal en EE. UU. a través de red de sostenibilidad para firmas de abogados. Es el momento de actuar, para adelantarnos a la curva de regulación.

En Russin, Vecchi & Heredia Bonetti, dentro del programa de sostenibilidad, hace más de 10 años implementamos una serie de buenas prácticas:

  • Fuimos pioneros entre las firmas de abogados en República Dominicana en tomar conciencia y adoptar programa de reciclaje de los residuos sólidos iniciando con el reciclaje de papel y luego continuando con los plásticos.
  • Promover la capacitación en el manejo de los residuos sólidos, la difusión de la Cultura 3Rs: reducir – reusar – reciclar, concientización del equipo y más ampliamente, la comunidad, sobre la responsabilidad en las personas por el cuidado del medio ambiente.
  • Campaña de concientización en cuanto al uso de energías limpias en el parque vehicular.
  • Participación en limpieza de playas y la reforestación.
  • Medidas operativas, como la regulación de la temperatura ambiental, virtualización de los servidores, digitalización, uso de desechables biodegradables, entre otros.

Otras prácticas operativas en apoyo a los objetivos del desarrollo sostenible incluyen instalación de paneles solares, uso de sensores de movimientos para controlar la iluminación, restricciones en viajes por motivo de trabajo, trabajo hibrido para reducir los tiempos de traslados para mencionar algunos.

En nuestro país, falta un largo camino por recorrer, pero la buena noticia es que las instituciones como AMCHAMDR cuentan con el Comité de Trabajo de Sostenibilidad el cual ha organizado talleres con los objetivos de impulsar la innovación y transformación hacia los objetivos de desarrollo sostenible. Particularmente importante porque a la medida que vamos tomando mayor conciencia sobre los temas ambientales, se va a requerir del personal capacitado en liderear procesos de cambio hacia la sostenibilidad.

Lo que es cierto es que independientemente de las regulaciones o los riesgos, nuestras decisiones y los compromisos que asumimos hoy con nuestro planeta representarán las consecuencias, para nuestros hijos, mañana.

Escrito por:

Angelina Angelov

(aangelov@rvhb.com)

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